Así como lo leen… ese aparato electrónico tan necesitado hoy en día, decidió por arte de magia que no iba a prender más, aunque tuviese suficiente batería.
Bajé del avión y esperando mis maletas, sentí que me iba dar un ataque de pánico. Recuerdo que no paraba de apretar al botón de encender del Iphone y que sólo pensaba: «Si de aquí a que salga, no está el chofer que me llevará al Airbnb… no sé qué haré porque no anoté absolutamente nada». No había anotado teléfonos, direcciones ni nada para poder resolver yo sola.
Por suerte cuando salí, vi a un hombre con un cartel con mi nombre. «Jackpot» me salvé de mi primer miedo.
En el trayecto hacia el apartamento, el señor fue gentil de prestarme su cargador de celular en el carro, pero aún así mi celular no prendía y luego empezaron a nacer otras preocupaciones. Pensé: » cuando llegue no se qué haré, obviamente no tengo llave del apartamento, tendría que esperar que el dueño me reciba para poder entrar». Decidí calmarme, seguro cuando llegara iba a estar la persona del airbnb para recibirme.
Pues estaba muy errada. El chofer estacionó en la calle «Garibaldi», me ayudó a bajar el equipaje y me señaló el edificio donde me iba a quedar. En ese momento le agradecí y dudé por un momento si pedir que le avisara a alguien del curso que ya llegué, pero se despidió tan rápido que la verdad no me dio tiempo de reaccionar.
Yo no podía creer la linda situación en la que terminé, parada en la entrada de un edificio con mi maleta e incomunicada.
Recuerdo que varias personas entraban y salían del edificio y yo sentía sus miradas sospechando de mi (capaz me las imaginaba pero me sentía un poco avergonzada). Me armé de valor para pedirle el celular a una pareja que escuché hablando español, pero toda la situación fue engorrosa.
Al tener el celular de la señora en mis manos, el plan consistía en entrar a mi correo electrónico, encontrar un número para avisar que llegué y llamar desde ese mismo celular. No sé si mercurio estaba retrógrado o qué, pero Gmail no me dejaba entrar a mi correo hasta que insertara el código de seguridad que le enviaba a nada más y nada menos, que a mi querido celular que no funcionaba (increíble ¿no?).
Me rendí y no me quedó otra que preguntar por un lugar donde pudiesen reparar celulares o en el peor de los casos, que vendan. El señor que estaba junto a la señora me dijo lo siguiente: «Caminando hacia la izquierda vas a ver un Vodafone, pero hoy es feriado así que es posible que no consigas nada abierto»- le agradecí por la información y me dije a mí misma: «No puedo creer que a parte me sucede esto un día feriado».
Antes de seguir sintiéndome miserable mientras esperaba (creo que ya había pasado casi una hora), decidí tomar rumbo con mi maleta y caminar hasta conseguir un lugar donde pudiera encontrar solución.
Mientras caminaba mis esperanzas se desvanecían ya que era cierto, la mayoría de los locales estaban cerradas y no solo eso, comenzó a lloviznar (para hacer más triste el escenario). Estaba a punto de rendirme cuando vi el logotipo de Vodafone y afortunadamente, estaba abierto.
Entré y antes de decidir comprar un celular, le pregunté al chico que atendía si me podía ayudar a reparar el mío. Él me recomendó que fuera a una tienda muy cercana especializada en apple, pero que no estaba seguro si iba a estar abierta. Le dije en inglés: «bueno voy… chequeo que esté abierto y si no, volveré para acá» y me recalcó que no me tardara mucho porque pronto iban a cerrar.
Caminé las dos cuadras súper rápido para encontrar que efectivamente estaba cerrado, así que no me quedó otra que volver a Vodafone para comprar el celular más barato que tuviesen.
Cuando llegué a la tienda, habían cerrado la puerta y me dije: «No no, esto tiene que ser una broma». Les juro que me iba a poner a llorar, hasta que el chico apareció con cara de «ah, tú otra vez» y sin mucho ánimos, me abrió la puerta. Compré cualquier celular y al ponerle el chip pude volver a conectarme. Sentí como si el alma volviera a mi cuerpo. De regreso al airbnb podía ver esa calle de Milán con más ánimos.
Lo más gracioso del asunto fue que cuando estaba a punto de llegar al edificio, escucho que un hombre me dice en inglés «¿Eres Ana Beatriz?»- le dije que sí y se presentó como el dueño del Airbnb. Me dijo que todos estaban preguntando por mí y ahí le expliqué todo lo que había sucedido.
Cuando entramos al apartamento creo que seguía en shock porque mientras me mostraba y me explicaba todo sobre las instalaciones, no le podía prestar 100% atención. Seguía un poco desconcertada por todo lo que pasé y creo que con bastante sueño.
Una vez terminado este asunto, continué con los días de la mejor manera, aprendí muchas cosas e hice muchas amigas. Lo más curioso de todo es que, casi terminando la semana, logré ir a la tienda de apple y mi celular se pudo arreglar, lo conectaron y ese día mágicamente encendió.
La explicación que me dieron fue que se sobrecargó porque tenía muchas aplicaciones abiertas, pero la explicación que me doy a mí misma es que son cosas que pasan para enseñarte algo nuevo (porque de verdad que no pudo tener el peor «timing» de la vida).
Honestamente yo llevaba tiempo sin estar tan presente, si hubiera tenido mi Iphone estoy segura que la experiencia en Milán no hubiese sido la misma. Además al final de los 3 meses, descubrí que mi madre tenía razón en una cosa: fui muy valiente. Logré mi viaje con independencia y logré resolver cada obstáculo que se me presentó.
Pude imaginar cada escena en mi cabeza, inclusive sentir tu misma preocupación, sin duda la intensión era tener una anecdota para contar jajaja.. y el señor del airbnb aparecio justo cuando ya tenias un nuevo celular, no pudo ser antes jaja esto es como cuando se te cae un pan y choca contra el piso el lado que tiene mantequilla🤣
Pude imaginar toda la situación en mi cabeza, inclusive sentir tu misma preocupación en ese momento, sin duda el objetivo era tener una anécdota para contar🤣, no entiendo porque justo el señor de airbnb aparecio justo cuando ya tenias un celulat nuevo, no pudo ser antes.. eso es como cuando se te cae el pan, y el lado de la mantequilla choca contra el piso jajajaja pero bueno lo máximo la experiencia 😁😁😂
jajaja totalmente, apareció en el peor momento. Lo que da risa es eso, que una situación estresante termina siendo una anécdota divertida para contar.