
La felicidad es un estado emocional misterioso. Puede que la situación más insignificante para uno, haga feliz a otro.
Felicidad, se busca viva o muerta
Algunos fallamos en ser precisos al definir qué es la felicidad para nosotros y dónde encontrarla. El error más común reside en buscarla donde no está. Por eso es tan difícil saber cuándo somos realmente felices.
Sin embargo, podemos decir que somos felices cuando sonreímos de oreja a oreja a causa de:
- Un recuerdo feliz
- Una buena noticia
- Un abrazo cariñoso
- Una canción hermosa
- Un reencuentro muy esperado
- Un hogar seguro y una comida rica
- Una gratificación por un logro alcanzado
En mayor o menor medida, todos vivimos la felicidad de alguna manera. Sabemos qué es porque la sentimos aunque dure mucho o poco. Y cuando esa enorme sensación de bienestar nos atraviesa queremos saltar por ahí sin preocupaciones tal como hace Pharrell Williams en su videoclip:
Porque soy feliz
Aplaude, si te sientes como una habitación sin techo
Porque soy feliz
Aplaude, si sientes que la felicidad es la verdad
Porque soy feliz
Aplaude, si sabes qué es la felicidad para ti
Porque soy feliz
Aplaude, si te apetece eso es lo que quieres hacer
Hacia la cima de la pirámide
Nunca está de más nombrar a Abraham Maslow, el psicólogo humanista ruso-estadounidense que desarrolló la Teoría de las Necesidades Humanas resumida en la tan conocida “Pirámide de Maslow” la cual explica los distintos niveles a cumplir por un humano para sentirse realizado.

Al satisfacer las necesidades básicas del nivel 1, las personas desarrollamos deseos más elevados a medida que ascendemos a niveles superiores
Según Maslow, las personas tenemos una tendencia innata hacia alcanzar la realización de nuestras metas más altas. Para escalar un nivel de la pirámide, debemos primero empezar por satisfacer las necesidades básicas (fundamentales para sobrevivir), y desde ahí ascender progresivamente a las que nos hacen sentir auto-realizados (la cima).
La idea no era sumar esta explicación para aburrir con un poco de teoría, sino para recordar que no todos estamos parados en los mismos niveles. Por lo que la felicidad tiene bastante relación con esta auto-realización. Al no poder cubrir las necesidades básicas, no hay lugar para el bienestar y menos para la felicidad que trae superar los niveles a medida que se avanza hacia la cima de la pirámide.
Celebremos en conjunto
Dicen que la felicidad es mejor compartida. Recordemos que aunque tengamos un objetivo individual, siempre lo alcanzamos con ayuda del resto.
Por eso, aunque te feliciten como individuo por haberte graduado o encontrado un nuevo trabajo -por ejemplo-, hay que tener en cuenta que llegaste ahí gracias a tu propio esfuerzo pero siendo acompañado por otras personas.
Esto deriva en que es importante agradecer también a todo tu entorno: profesores, mentores, familiares, pareja, amigos, jefes y compañeros de trabajo, entre muchas otras personas que estuvieron ahí en distintas oportunidades.
Ser felices con lo que tenemos y damos
Estamos más pendientes de alcanzar las cosas que aún no tenemos, que detenernos a apreciar las que ya son nuestras.
Nota mental: “Date tiempo para disfrutar lo que tienes”.
Es como una carrera para ser de las primeras personas en tener lo último, lo más nuevo o sentirse cool por pertenecer a algo que al final, ni siquiera nos llena la mayoría de las veces.
Parte de ser felices tiene que ver con la gratitud que uno siente por lo que tiene en los aspectos más importantes de su vida:
- Familia, amigos, pareja, mascotas
- Salud
- Amor
- Creatividad
- Libertad
- Tiempo libre
Entre infinitos ítems, estos serían los destacados.
Reflexionemos: ¿Cuáles son esas cosas que más valoras ahora y te hacen muy feliz?

Algunos hábitos para mantenernos felices
Porque amamos las listas, acá van unas ideas que seguro todos aplicamos en nuestra rutina:
- Salir a pasear con seres queridos o mascota
- Compartir una charla profunda
- Hacer alguna actividad recreativa que te divierta
- Bailar al ritmo de tu música preferida
- Leer un libro entretenido
- Dormir bien para tener un sueño reparador
- Apagar la TV y mirar por la ventana
- Comer algo casero
- Crear algo nuevo
¡Y más! Esperamos que estos disparadores ayuden a traer más hábitos saludables y felices a la vida de todos los que lean esta nota.
Busca y encontrarás
Vamos ahora a parafrasear una estrategia para “Encontrar la felicidad en las pequeñas cosas” del reconocido Meik Wiking, CEO del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad de Copenhague. Según Meik, la felicidad se puede alcanzar comenzando por el hogar y siguiendo algunos simples pasos:
- Desconectarse para disfrutar un tiempo para uno: Todos necesitamos tiempo a solas para nosotros. Desconectarse del afuera, para reconectarse internamente. Es más desafiante conseguir este tiempo a solas cuando se convive con otras personas, especialmente niños o incluso mascotas que necesitan de nuestra atención. Si uno necesita y consigue ese espacio a solas, hará todo lo posible para aprovecharlo al máximo, incluso cuando sean tan solo 30 minutos.
- Mantener el orden: El desorden en el hogar puede provocar un efecto negativo en la sensación de bienestar y satisfacción. Es importante darnos el tiempo para revisar qué cosas están ocupando lugar y ya no utilizamos, agruparlas y regalarlas, o tirarlas cuando ya cumplieron su función. Si pasó más de un año sin utilizarse, a tirarlo.
- Listar los quehaceres domésticos: Una vez identificadas todas las tareas, podrás planificar mejor cuándo será el mejor momento para hacerlas y así aprovechar al máximo el tiempo libre. Es clave identificar distintos días y horarios de la semana en los que puedas limpiar y ordenar el hogar, para no tener que hacer todo junto y “a último momento”. Ejemplo: Sábados a las 11 AM lavar la ropa.
- Capacitarse para seguir desarrollándose: Sea que estés estudiando un nuevo idioma, practicando cocinar tu nuevo plato favorito o entrenando para correr tu próxima carrera, ganar nuevas habilidades puede ayudarte a ocupar tu tiempo en algo que te hace bien. Mantenerse activo es ideal, pero algunas personas suelen proponerse muchos desafíos para alcanzar en poco tiempo y eso puede ser contraproducente. No te presiones, hazlo a tu ritmo, y ¡no olvides disfrutar!
- Regálate una cena especial a la semana: A solas o con seres queridos, idealmente en un espacio cómodo, tu casa o la de otra persona. Los daneses tomaron como ritual prender velas para acompañar este momento, asumiendo que este tipo de iluminación ayuda a que las personas se distiendan y se de la charla de una forma más desinhibida.
“Fueron felices y comieron perdices”
Esta expresión que todos conocemos bien, se usa para finalizar los cuentos en los que los protagonistas vencen a las adversidades que tratan de separarlos, y finalmente se casan, son felices y forman una familia. Una metáfora sobre la felicidad, que no sólo es una simple frase que rima, sino también se cree que antes la perdiz era un manjar costoso que sólo se servía en las mesas de la alta sociedad, como por ejemplo: las casas reales.
Suena a lavado de cabeza ¿cierto?
¿Este tipo de finales serán felices para todos? ¿Qué hay de los vegetarianos? ¿Y de las personas que no quieren o no pueden tener hijos? ¿Y de las madres o padres solteros? ¿Y de quienes no pertenecen a la clase alta?
Existen muchas otras interpretaciones sobre los posibles significados de las “perdices” que no ahondaremos acá. Por ahora afirmamos que estos relatos nos enseñaron a creer que siempre hay un final feliz, aún cuando posiblemente no sea así. Es importante mantener las esperanzas en alto, aunque estemos atravesando la peor tormenta de nuestras vidas, porque si realmente creemos que podemos ser felices, lo seremos con o sin perdices.