Saber irse o saber quedarse en una relación ¿cómo se hace?

¿Qué tan fácil es darnos cuenta si estamos bien o mal junto a una persona? Es todo un desafío ya que depende no solo del vínculo y sus protagonistas, sino también del contexto, las experiencias vividas, el juego de las distintas personalidades, las emociones, los pensamientos… Un sinfín de matices que provocan una situación compleja, pero, esperemos, no imposible de sobrellevar.
Y para eso hay algunas claves a tener en cuenta. Tomate unos minutos y piensa bien si esta relación te produce bienestar o todo lo contrario.
La pregunta estrella sería: ¿Cuándo conviene irse o quedarse en una relación?
A la que responderemos con más incógnitas:
- ¿Qué siento por esta persona? ¿Qué aporta a mi vida?
- ¿Por qué estamos juntos? ¿Nos seguimos eligiendo?
- ¿Cuánto me apoya en mis metas?
- ¿Qué proyectos tenemos en común a futuro? ¿Se conectan en algún punto? ¿Pueden convivir en simultáneo?
Estas respuestas por supuesto las resolverás a solas. Quedarte o irte es tu responsabilidad y de nadie más. Una decisión importante. También puede ayudarte el imaginar cómo sería tu vida sin la otra persona. Pero de nada sirve si dejas de lado las emociones o no eres honesto contigo mismo y con tu pareja. Si decides quedarte, pues no tienes más que pensar ¡Disfruta! Pero si opinas que lo mejor es irte deberás conversar sobre esto cuanto antes.
Desarrollaremos, a continuación, algunos puntos para reflexionar aún más sobre el tema ya que si sigues en esta nota es porque todavía estás con dudas:
Acción u omisión
Se puede determinar cuándo dejaremos morir una relación con alguien a causa de varias acciones u omisiones que fueron acumulándose en el tiempo: silencios incómodos, acciones deshonestas o hirientes, gestos o sucesos que no nos gustaron que trazaron una distancia inevitable entre los dos. Es válido creer que nada es para siempre cuando vivimos en una sociedad donde la obsolescencia programada es moneda corriente.
Se apagó la llama
Dicen por ahí que la atracción cesa con el pasar del tiempo, pero otros afirman que generalmente se transforma. La llama se puede apagar, reducir, moderar o expandir. La pasión va mutando porque el vínculo entre las personas va cambiando y cuando ese deseo de unión psicofísico-emocional ya no es recíproco, se rompe la conexión de pareja a nivel romántico. Queda decidir si conviene mantener la relación transformada en compañerismo o de la manera que les resulte más apropiada. En definitiva este es un contrato a renovar para beneficio de ambas partes.

Aburrimiento vs Abstracción
Qué aburrido es “estar por estar”, decir “me quiere, y yo creo que también” o pensar en “mejor seguir acompañado que quedarme solo”. ¡Comprate una vida!
Si últimamente sientes cierto malestar o disconformidad compartiendo tu tiempo y espacio con ese otro no es su culpa y tampoco la tuya. Incluso a veces nos entusiasmamos demasiado por querer hacer todo juntos. Pero no siempre es la mejor opción. Incluso, muchas veces lleva a experimentar una sensación de sofoco.
En especial para los espíritus libres que necesitan disfrutar de momentos a solas. A veces sucede que en una relación se necesita establecer los límites del espacio personal.
Es importante mantener tiempo a solas para meditar, explorar tu mundo interior, crecer individualmente. Abstraerse es la clave. Leer, escribir, cantar, dibujar, bailar, tocar algún instrumento y escuchar música. Cualquier pasatiempo que te permita conectarte con el disfrute de hacer lo que te gusta por tu cuenta. Esto te liberará de esa dependencia que lleva a una cuasi-adicción de estar acompañados todo el bendito tiempo.
Vale también mimarse dándote un baño de inmersión, hacer stretching o yoga, cocinarte algo rico y por qué no abrirte un vinito.
Ámate y sientete bien en soledad. Eso te ayudará a conocerte más y saber qué quieres compartir de tu esencia con la otra persona.
Y si al volver de pasar tu momento a solas, todavía no te interesa o te abruma estar con el otro… mejor irse. “Chau, chau, adiós”.
“Hasta la vista baby”
Globalización, esa es la cuestión. Te surge una oportunidad que no se puede desaprovechar: “viajar al extranjero por un nuevo empleo o estudio”, pero tu pareja no tiene intenciones de moverse de su ciudad, e incluso preferiría quedarse por miedo a la incertidumbre, o simple desinterés en la propuesta.
Arriesgarse a veces no es tan fácil. El “no tengo nada que perder” muchas veces busca justificar el ir por una gran oportunidad aún dejando personas importantes atrás. Con la esperanza de un reencuentro si el camino vuelve a cruzarlos en un futuro. Quién sabe “las vueltas de la vida” que traen personas bajo un efecto “boomerang”.
Por otro lado, también debemos ser conscientes que no todos tienen las mismas oportunidades, recursos o contextos para cambiar de rumbo de un día para otro. En muchos casos se requiere más tiempo para razonar, ahorrar o decidir. Es muy importante que al tomar la decisión sea por uno mismo y no porque se va acompañando a la otra persona en su proyecto.
Cada vez es más común que cada uno tenga su proyecto individual. Entonces habrá que resolver la ecuación de lo que busca cada uno, analizar si el resultado beneficia a las partes por separado o en conjunto.
Conclusión: Sin un rumbo compartido en algún punto, se dividen los caminos, y acá solo el amor, la pasión o el compromiso serán las excepciones que harán que la conexión se mantenga fuerte a pesar de la distancia y el tiempo.
Toxicidad
¿Qué es una relación tóxica? Es una relación conflictiva formada por DOS personas codependientes que buscan hacerle la vida imposible al otro. Perfiles de personas controladoras, con excesivos celos, que faltan el respeto, menosprecian y toman muchísimas actitudes “tóxicas” que no ahondaremos en este artículo. Ya todos sabemos de qué trata. Como el famoso dicho “le pasó al amigo de un amigo” o a uno mismo, seamos sinceros, no todos estamos exentos de pasar por esto, somos humanos no dioses.
Cuando no somos conscientes de esto, solemos echarle la culpa a la otra persona. Cuando en realidad la toxicidad se forma de a dos. Puede haber alguien más intenso que uno, pero ambos son parte de eso.
¿Te has sentido identificado? Alzamos nuestra red flag para que huyas de inmediato. “Sal de ahí chivita, chivita”. Deja que gracias al burro o tu conciencia puedas abrir los ojos y salgas de ahí.
La gravedad del asunto es que al principio, cuando uno está “enamorado” no se da cuenta. Se empieza a notar cuando ya es demasiado evidente: Te revisa los mensajes, te sugiere vestirte menos llamativo, te hace reclamos incoherentes… y más.
Si te quiere, te va a aceptar 100% como sos. No tenés que cambiar tu personalidad para encajar en una relación.
¿Tóxicos? Thank you, next.
Violencia
Lo mencionado anteriormente tiene distintos grados de violencia. Enfatizamos: No está bien quedarte en una relación que es perjudicial para tu salud física, mental y emocional.
Te pedimos que te quieras, y no un poco, quierete mucho. Escapa mientras puedas.
¡Decepción total!
De los famosos “cuernos” en Argentina o “montar cacho” en Venezuela nadie se salva. Y esta es la mejor “excusa” para alejarse de alguien ¡para siempre! Vale aclarar que aquí estemos hablando de un pacto monógamo. Las relaciones abiertas y similares van con otro contrato.
Estamos seguros que a partir de una decepción así será casi imposible volver a sentir la pureza que llevó a confiar en el otro en primera instancia.
Challenge aceptado.
Ahora bien…
¿Cómo se supera una ruptura?
- Date tiempo
- Haz terapia
- Lee libros sobre espiritualidad, auto-ayuda o el que quieras
- Recibe y da cariño de tus otros seres queridos
- Acepta de a poco la realidad
- Céntrate en lo que sea lo mejor para vos
Es común afrontar la separación como un fracaso, un error, sobre todo cuando todavía hay buenos sentimientos de por medio. Pero esto es tan solo un cambio más en la vida.
Terminar reconociendo qué es lo que ha aportado el otro y pudiendo agradecérselo (hablándole o simplemente pensando en tu mente).
Si esto no ocurre así, nos llenaríamos de una energía que nos estanca sin permitirnos avanzar. Debemos cerrar del todo esa relación para disfrutar de la soledad o para darle espacio a una nueva relación futura.
Cuán importante es respetar la libre elección al decidir terminar una relación que no te hace bien, sin echar culpa al otro o a una situación en particular. Simplemente por el simple hecho de mantener tu esencia pura e independiente y elegir tu bienestar por sobre una relación que no te estaba llenando el alma. Que así sea.
Es mejor seguir el camino a solas para entender qué es lo que queremos para nuestras vidas, cómo nos gustaría ser a partir de ahora y valernos por nosotros mismos. Así atraeremos personas que nos aprecien por quienes realmente somos.
Encontremos y reconozcamos nuestro valor individual para compartir nuestra mejor versión con personas valiosas.

Siempre tan interesantes los temas que tratan. Este me encantó 😍
¡Gracias por tu apoyo y comentarnos! Un abrazo